miércoles, 1 de julio de 2009

contrariedades

Que un tren en el que yo viajaba interrumpa su servicio por un accidente; correr hasta el subte para intentar otro recorrido, y tener que dejar pasar 2 porque es horario pico y resulta físicamente imposible entrar; tomar un tercero, y que éste interrumpa su servicio por problemas técnicos; tardar 3 horas en hacer un recorrido que normalmente me lleva, máximo, 1 hora y media, y como consecuencia, no llegar a tiempo al cumpleaños de una amiga, es un combo de inconvenientes que acaba de escalar posiciones en mi top five de motivos para odiar Buenos Aires.

Que son pocos, eh.

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